
Dicen que la vida siempre es comparable con un camino. A mí, en vez de con un camino, me gusta compararlo con una autopista.
En las autopistas, (¿quién no ha ido en coche alguna vez por una?), hay un montón de coches que pretenden llegar a su destino, que tienen un objetivo y estan ahí para cumplirlo. Nosotros, al igual que los que conducen por la autopista, también tenemos un objetivo en la vida. Cada uno tiene el suyo y es el que le da sentido a estar en ella.
En las autopistas hay varios carriles. Esta el carril de la derecha para los más prudentes y el carril de la izquierda para los más atrevidos (a veces los más temerarios).
En las autopistas, (aunque no en todas), hay que pagar un peaje para poder entrar y/o salir (sí, algunos innecesarios y otros muchos, excesivos).
En las autopistas hay millones de carteles e indicaciones, igual que en la vida (yo siempre creí en eso de las señales). Por eso, en las autopistas, hay que ir ¡con mucho ojo!, no vaya a ser que por ir hablando y andar despistados con cualquier cosa nos pasemos la salida y tengamos que dar la vuelta cuando ya sea tarde (¡No olvidemos que nuestro objetivo es llegar a ella!).
En la autopista de la vida también hay personas que van a diferentes destinos, que llegan por diferentes caminos, por diferentes carriles. En la autopista de la vida también hay señales y momentos de despiste. Pero lo que no debemos olvidar jamás es cual es nuestro destino, por qué empezamos a caminar y a dónde queremos llegar. Porque dependiendo de eso deberemos escoger la autopista por la que queremos ir.
En las autopistas, (¿quién no ha ido en coche alguna vez por una?), hay un montón de coches que pretenden llegar a su destino, que tienen un objetivo y estan ahí para cumplirlo. Nosotros, al igual que los que conducen por la autopista, también tenemos un objetivo en la vida. Cada uno tiene el suyo y es el que le da sentido a estar en ella.
En las autopistas hay varios carriles. Esta el carril de la derecha para los más prudentes y el carril de la izquierda para los más atrevidos (a veces los más temerarios).
En las autopistas, (aunque no en todas), hay que pagar un peaje para poder entrar y/o salir (sí, algunos innecesarios y otros muchos, excesivos).
En las autopistas hay millones de carteles e indicaciones, igual que en la vida (yo siempre creí en eso de las señales). Por eso, en las autopistas, hay que ir ¡con mucho ojo!, no vaya a ser que por ir hablando y andar despistados con cualquier cosa nos pasemos la salida y tengamos que dar la vuelta cuando ya sea tarde (¡No olvidemos que nuestro objetivo es llegar a ella!).
En la autopista de la vida también hay personas que van a diferentes destinos, que llegan por diferentes caminos, por diferentes carriles. En la autopista de la vida también hay señales y momentos de despiste. Pero lo que no debemos olvidar jamás es cual es nuestro destino, por qué empezamos a caminar y a dónde queremos llegar. Porque dependiendo de eso deberemos escoger la autopista por la que queremos ir.
2 comentarios:
Debo decir que me has impresionado mucho con este texto.. y de grata manera! :)
He disfrutado comparándome con un coche, que circula por una de estas autopistas...
Me doy cuenta ahora de las veces he cruzado imprudentemente y me he ido al carril de la izda. mientras que lo mejor es mantenerme (y atenta!) en el derecho.. poquito a poquito y con los cinco sentidos en el camino puedo llegar en condiciones a mi destino.
Yo, con todo, me quedo con la señalización...porque a veces hablando con el copiloto o pensando en mis cosas me despisto y sin prestar atención a lo que realmente tengo que atender acabo perdiéndome y dando vueltas por donde no debo...
uuuyyy cuanta sabiduría!
Me ha encantado y he disfrutado mucho con el texto.
GRACIAS COMPI! =)
pues, gracias me ha gustado mucho! papa Luciani decía que a un coche no se le puede dar fanta en cambio de gasolina, porque la fanta gusta a nosotros, pero es la gasolina la que sirve de verdá al coche para que camine! pues, muchas veces las cosas que nos costan y que parecen menos buenas son las que nos hacen bien al alma...yo añadiria que a veces nos encontramos con jente que nos pide ayuda en la carretera y que hay que hecharle una mano, y que otras veces somos nosotros los que necesitamos un sitio en otro coche para poder seguir adelante!!! perdonad los erorres...seguro que me he olvidado alguna tilde!!! hasta pronto
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