"¿Papá, por qué hay gente?" "porque vienen de trabajar" "¿Y por qué vienen de trabajar?".
Estoy en el tren y delante de mi hay una niña pequeña de unos 4 años que hace preguntas a su padre sin parar. Son preguntas inocentes pero, ¡cuanta curiosidad tienen dentro!, ¡cuantas ganas de saber!...
Tiene un globo en la mano y una sonrisa enorme en los labios. Inocencia, ilusión por las pequeñas cosas... ¿son éstos algunos de los valores que perdemos al crecer?
Ahora comen un caramelo. Padre e hija descubren las maravillas de un mundo oculto. Quizás no es nuevo para los dos, quizás no lo ven de la misma manera, pero lo que es seguro, es que los dos forman parte del mismo mundo y que uno es imprescindible en el mundo del otro.
El padre transmite sus conocimientos a la hija, la hija le transmite su inocencia... Por un momento surge una mirada, una mirada de la que sólo ellos son dueños. Es un mundo movido por y para el amor. Un amor puro que nace de la nada, un amor desinteresado y gratuito.
Y me doy cuenta que Tu amor está en cualquier lugar. En la calle, en el tren, en el trabajo y en casa, en la mirada entre un padre y una hija... en cualquier lugar, sólo hay que saber mirar. Sin él el mundo no tendría un sentido verdadero para mi.
Estoy en el tren y delante de mi hay una niña pequeña de unos 4 años que hace preguntas a su padre sin parar. Son preguntas inocentes pero, ¡cuanta curiosidad tienen dentro!, ¡cuantas ganas de saber!...
Tiene un globo en la mano y una sonrisa enorme en los labios. Inocencia, ilusión por las pequeñas cosas... ¿son éstos algunos de los valores que perdemos al crecer?
Ahora comen un caramelo. Padre e hija descubren las maravillas de un mundo oculto. Quizás no es nuevo para los dos, quizás no lo ven de la misma manera, pero lo que es seguro, es que los dos forman parte del mismo mundo y que uno es imprescindible en el mundo del otro.
El padre transmite sus conocimientos a la hija, la hija le transmite su inocencia... Por un momento surge una mirada, una mirada de la que sólo ellos son dueños. Es un mundo movido por y para el amor. Un amor puro que nace de la nada, un amor desinteresado y gratuito.
Y me doy cuenta que Tu amor está en cualquier lugar. En la calle, en el tren, en el trabajo y en casa, en la mirada entre un padre y una hija... en cualquier lugar, sólo hay que saber mirar. Sin él el mundo no tendría un sentido verdadero para mi.
1 comentario:
Puede que las respuestas no sean fáciles de responder, y que nuestro Padre no nos responda directamente. Pero, es con las pequeñas alegrías del día a día que vamos sintiendo su presencia, su amor por nosotros y sus ganas a responder a aquello que nos inquieta.
Lo único que Él nos pide es que paremos, pensemos y le escuchemos atentamente, pero con el corazón... ya que es por medio del amor que nos habla el Señor!
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