martes, 2 de junio de 2009

Bienvenido a nuestra casa ES!


¡Bienvenido a nuestra casa Espíritu Santo!, Welcome!, Benvenuto!, Bienvenu!


Y es que...

"Y se les aparecierón lenguas repartidas, como de fuego, asentandose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos del Espíritu Santo, y comenzarón a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen."

Hechos de los Apóstoles.

Y se las entrego para que profetizasen, para que saliesen a la calle y diesen a conocer a Dios a todos los extranjeros que habían ido a peregrinar a Jerusalén por aquellas fechas. Para que dejasen de tener miedo, de temer y confiasen...
El Abogado del Señor había llegado (ha llegado), había entrado en su casa (en nuestra casa) y les había llenado de esa fuerza característica, invisible como el viento, pero real. Él les entrego el fuego que los limpiaría del temor de predicar la Gloria de Dios y les entrego, también, el poder para llevar acabo dicha acción.
Él, el Abogado, el Espíritu de la Verdad, el Espíritu Santo, les purifico para dar paso al Amor. Les purifico para guiarles hasta la verdad completa.
Por eso, en estas fechas en las que rememoramos el envió del Espíritu Santo por parte de Dios, le decimos: ¡Bienvenido a casa!. Le damos la bienvenida a Él y a Su fuerza. Pero, sobretodo, le pedimos que se quede, que more en nosotros y que nos de vida, ¡que nos de La Vida!