
Quietas, no sabíamos qué hacer ni dónde ir. ¡Qué sorprendidas estábamos! De vez en cuando se nos acercaba una voz amiga “Pasad” o “Queréis tomar algo?”. Estábamos perplejas ante la situación... Habíamos entrado en un pequeño local montado dentro mismo de la parroquia… uno de esos locales que parecen las típicas salas de películas dónde bohemios se ponen a recitar poesía o cantautores a cantar. Pero éste era diferente, un local donde se respiraba familiaridad, todos guiados por un mismo objetivo y éste era: acercarse más y más al Padre a partir del arte.
Dentro de nuestro asombro empezamos a observar cada detalle, ¡muestra de presencia! Tarjetitas de Notemo por todos lados, pósters con publicidad curiosa “¿Quieres que tu hijo conozca más a Jesús que no sólo después de los estornudos?” o “Si Mortadelo no escribió cartas a Filemón…¿quién se las escribió?” (os reto,¡¡a ver quién lo adivina!!)
Finalmente, después de tomar algo y haberlo observado todo con ojos bien abiertos… empezaron los cuentos a fluir por el ambiente gracias a la magnífica actuación de Álex González. Es curioso lo atentos y callados que estábamos todos. Los cuentos, fantásticos, con mucho que reflexionar, uno especialmente me llamó mucho la atención…lo intentaré conseguir y lo colgaré para que lo leáis...
Al principio sufría pensando en la vergüenza que pasaría ahí en medio…pero, es curioso cómo un hombre puede transmitir vida, cómo un hombre puede captar tanto la atención y cómo un hombre puede hacer que la palabra tenga fuerza. Y ahora, recordándolo y describiéndolo, me doy cuenta de que esta imagen ya la hemos visto muchas veces, en un monte, encima de una barca… y siempre rodeado de gente. Jesús. ¿Curiosa analogía no?
Y para finalizar…¿por qué no hacer un ratito de oración? Definitivamente, el Notemo consiguió lo que se propuso directa o indirectamente.
Dentro de nuestro asombro empezamos a observar cada detalle, ¡muestra de presencia! Tarjetitas de Notemo por todos lados, pósters con publicidad curiosa “¿Quieres que tu hijo conozca más a Jesús que no sólo después de los estornudos?” o “Si Mortadelo no escribió cartas a Filemón…¿quién se las escribió?” (os reto,¡¡a ver quién lo adivina!!)
Finalmente, después de tomar algo y haberlo observado todo con ojos bien abiertos… empezaron los cuentos a fluir por el ambiente gracias a la magnífica actuación de Álex González. Es curioso lo atentos y callados que estábamos todos. Los cuentos, fantásticos, con mucho que reflexionar, uno especialmente me llamó mucho la atención…lo intentaré conseguir y lo colgaré para que lo leáis...
Al principio sufría pensando en la vergüenza que pasaría ahí en medio…pero, es curioso cómo un hombre puede transmitir vida, cómo un hombre puede captar tanto la atención y cómo un hombre puede hacer que la palabra tenga fuerza. Y ahora, recordándolo y describiéndolo, me doy cuenta de que esta imagen ya la hemos visto muchas veces, en un monte, encima de una barca… y siempre rodeado de gente. Jesús. ¿Curiosa analogía no?
Y para finalizar…¿por qué no hacer un ratito de oración? Definitivamente, el Notemo consiguió lo que se propuso directa o indirectamente.